¿Cómo detectar comportamientos dañinos en tus compañeros? ¿Cómo protegerse?

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¿Te has sentido alguna vez incómodo con tus amigas o amigos? ¿Te has sentido obligado a hacer cosas que no quieres por tus compañeros? Durante la adolescencia estamos descubriendo quienes somos, por lo que es común que se comiencen a evidenciar diferencias. Cambiamos físicamente, desarrollamos otras capacidades, se inicia un viaje de autoconocimiento, se construye identidad, gustos e intereses. Por lo mismo, es normal que te preguntes cosas como ¿quién soy? y ¿quién quiero ser?

El trayecto para encontrar las respuestas a estas preguntas implica un desafío complejo que puede causar experiencias muy positivas, pero también muy negativas. Los compañeros y amigos juegan un rol importante ya que se convierten en una forma de desmarcarse de los cánones familiares y buscar una identidad. Pero también en ocasiones, debido al deseo de pertenencia, se genera una dependencia que puede resultar en situaciones de intimidación, actitudes agresivas de unos con otros, manipulación e incluso violencia física.

En la mayoría de los casos los y las adolescentes sufren en silencio, ocultan o niega lo que les sucede, por lo mismo, es difícil darse cuenta de que otros o incluso nosotros mismos estamos siendo víctimas de este tipo de acciones. Tenemos que tener claro que las agresiones verbales, físicas, psicológicas y sociales pueden ser graves y no son normales. Éstas pueden tener consecuencias que afecten para siempre a quien las sufre, ya sea en términos emocionales, físicos e incluso legal, si te obligan a hacer algo fuera de la ley. Es por esto que es fundamental estar alerta y tomar acciones cuando esto suceda.

Del mismo modo, siempre es positivo apoyarse con el grupo de pares de confianza. No solo por sentirse en comodidad, sino que también para construir interacciones que permitan el intercambio de ideas y conocimientos. Estas experiencias guardan directa relación con la subjetividad, y por consiguiente, la forma en que te posicionas en el mundo. Un amigo/a siempre te puede ayudar a intervenir a denunciar y a estar seguro.

Es importante siempre hablar con ese amigo o amiga que se esté sintiendo vulnerado y pregúntenle qué puedes hacer por él o por ella. Escucha sin juzgar y tener paciencia, porque la persona que está pasando por esta situación puede estar sensible y tener miedo de contar lo que pasa. Hazle saber que están preocupados por su bienestar y que están ahí para apoyar.